jueves, 14 de agosto de 2014

Tic-Tac (Historia corta)

El reloj emitía un característico tic-tac.

Sentado en su celda, un prisionero languidecía en la oscuridad.
El prisionero no tenía nombre. Quizá, en algún momento de su pasado, lo tuvo, pero eso se le había gastado con los años. Si alguien le hubiera preguntado quién era, el habría dicho "nadie".
No sabía por qué estaba allí. De hecho, ni siquiera recordaba una época en la que no hubiera estado allí. No recordaba lo que era un árbol, lo que era un pan, lo que era un perro. Sólo recordaba lo que tenía, el suelo frío y las paredes implacables.
Y todo sentimiento de humanidad se había esfumado.
Sólo sentía una áspera indiferencia hacia lo que le rodeaba.

Así que se sentaba y esperaba la muerte.

El reloj emitía un característico tic-tac.

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