tag:blogger.com,1999:blog-73198577358142112382024-03-13T22:37:20.711-07:00El blog de las HistoriasADVERTENCIA: ESTE BLOG ESTÁ CLAUSURADO. NO MÁS HISTORIAS POR AQUÍ.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.comBlogger31125tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-13308480601935754172015-08-11T15:41:00.001-07:002015-08-11T15:43:22.309-07:00El espíritu de perversidad.<div style="text-align: right;">
"Si examinamos con detención estos y otros actos,</div>
<div style="text-align: right;">
veremos que solo derivan del espíritu de la perversidad.</div>
<div style="text-align: right;">
Las realizamos porque sentimos que no deberíamos hacerlas.</div>
<div style="text-align: right;">
En ningún caso existe una explicación inteligible."</div>
<div style="text-align: right;">
Edgar Allan Poe, <i>El espíritu de perversidad.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<i><br /></i>
<i>La Casa Blanca, EEUU, algún momento del futuro.</i><br />
<i><br /></i>
El presidente estaba en una junta de gobierno con sus líderes militares. La guerra había empeorado, y estaban en medio de una acalorada discusión.<br />
<br />
-¡...<i>there's no other option!¡We have to do it!</i><br />
<i><br /></i>
Un silencio sepulcral reinó en la sala. El Presidente, con una cara que anunciaba muerte, se levantó. Cuidadosamente, giró la perilla de uno de los cajones, moviendo la cubierta del mismo hacia un lado, revelando un panel digital. El Presidente colocó su mano en el panel, que a su vez escaneó su mano, para deslizarse hacia arriba, dejando al descubierto un mapa digital, que se elevó gracias a un brazo robótico que lo desplegó sobre la mesa.<br />
<br />
Era un mapamundi.El Secretario de Estrategia, con una palidez cenicienta en la cara, seleccionó tres lugares en él y retrocedió. Entonces, cada uno de los líderes pronunció una contraseña secreta, cada uno una combinación de letras y números de más de quince dígitos, que tenían que aprenderse de memoria y no tenían permiso para escribir. Jamás.<br />
<br />
-<i>It's done.</i><br />
<i><br /></i>
El silencio se convirtió en una atmósfera de muerte pesada como una barra de plomo.<br />
<br />
<i>Algún lugar de Eurasia, algún momento del futuro.</i><br />
<i><br /></i>
La ciudad celebraba. Si, había guerra, pero era neutral, y recibía refugiados de ambos bandos. Era Año Nuevo, así que la ciudad celebraba y lanzaba fuegos artificiales, anunciando su alegría al mundo.<br />
<br />
En un tejado cercano, dos jóvenes descansaban allí. Estaban sentados, conversando, y disfrutando de los fuegos artificiales y de la mutua compañía.<br />
<br />
No se dieron cuenta del misil, que como un rayo, cayó confundiéndose con los fuegos artificiales.<br />
<br />
Al chocar con la tierra, en medio de la plaza municipal, destrozando algunos bancos, y a las personas que estaban sentados en ellos.<br />
<br />
Lo primero que llegó al techo donde estaban los dos jóvenes fue la radiación. Tan rápida como la luz, los átomos destrozados por la detonación inicial de la bomba soltaron sus electrones, lanzándolos en todas direcciones, desbaratando y destrozando otros átomos. Eso causó una reacción en cadena que expandió la radiación a velocidades inimaginables. La oleada de electrones chocó contra los jóvenes, causando daños en su cuerpo a nivel molecular.<br />
<br />
Lo segundo que llegó al techo fue la onda sónica. Un estruendo que parecía capaz de sacudir el mundo hasta sus cimientos, les empujó con una fuerza intensa, dañando algunos de sus huesos y sus tímpanos.<br />
<br />
Lo último que llegó fue la explosión en sí. Una ola de fuego, calentada artificialmente por la energía liberada por la destrucción de los átomos (que liberó cantidades enormes de energía calórica), quemó su piel, dejando a la vista músculos y huesos en apenas una décima de segundo.<br />
<br />
Y todo ese tiempo, solo pensaban ¿Por qué? ¿Por un trozo de tierra que hubieran podido compartir? ¿Por unas pocas toneladas de minerales y petróleo, completamente innecesario, iban a reducir miles de vidas a cenizas? ¿Por qué a ellos, que nada tenían que ver con ello?<br />
Eso pensaron, en las últimas décimas de segundo de sus vidas.<br />
<br />
Y luego, todo fue oscuridad.<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-57320012172430583862015-05-04T13:36:00.003-07:002015-05-04T13:36:41.943-07:00Tengo frío.Uno, dos. Uno, dos.<div>
No se que estoy haciendo.</div>
<div>
Me tambaleo.</div>
<div>
Camino.</div>
<div>
Me duelen los pies.</div>
<div>
Tengo frío.</div>
<div>
¿Qué estoy haciendo?</div>
<div>
¿Por qué estoy descalzo?</div>
<div>
No lo sé.</div>
<div>
Solo sé que debo seguir avanzando.</div>
<div>
¿Por qué tengo lo ojos cerrados?</div>
<div>
Los abro. Y el paisaje me quita el aliento. </div>
<div>
Altas torres, mas altas que lo que el ojo puede ver.</div>
<div>
Amplios descampados cubiertos de nieve.</div>
<div>
Montañas a uno y otro lado. </div>
<div>
¿Cómo he llegado aquí?</div>
<div>
No lo sé.</div>
<div>
Solo sé que debo seguir avanzando.</div>
<div>
-¿Por qué sigues caminando?</div>
<div>
La voz me sobresalta. Pensé que estaba solo.</div>
<div>
Miro a uno y otro lado. No veo a nadie. Pero la voz continúa sonando, implacable, con un sonido frío y pesado como una placa de hielo.</div>
<div>
-Solo eres un simple humano ¿Qué te hace pensar que puedes conseguirlo? ¿Por qué no simplemente abandonas?</div>
<div>
Por alguna razón, la sola idea de abandonar hace que apriete los dientes. </div>
<div>
-Puede que tal vez solo sea un humano, como tú dices. Sin embargo, yo soy un idiota. Un idiota que, sin importar lo bajas que sean las posibilidades, mientras no sean de cero, no abandonará.</div>
<div>
Una risa glacial resuena. Sigo sin encontrar la fuente. De hecho, ni siquiera se de donde salen las palabras que acabo de pronunciar.</div>
<div>
Y sigo caminando, ajeno a todo, incluso a esa voz glacial.</div>
<div>
Sigo caminando, sin importar que esté descalzo, que tenga frío, que me duelan los pies, sin inportar que me tambalee.</div>
<div>
Camino, contra toda posibilidad, hasta que noto que choco contra algo duro y tibio.</div>
<div>
Entonces caigo al suelo, y no recuerdo nada más.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-77025117561448872802015-04-15T14:37:00.003-07:002015-04-15T14:39:14.150-07:00Los descampados."Los descampados. Lugares inhóspitos, secos y arenosos. No hay vida allí. Al menos en ciertos mundos. En algunos, como el nuestro, si puede haber vida. Unas malas hierbas por ahí. Aquí, unas ratas de campo. Puede que no sean formas de vida muy agradables, pero es vida, al fin y al cabo.<br />
<br />
Hay mundos en los que no es así. En algunos, mundos, los descampados son señas terribles, cicatrices de un mundo desolado. En algunos mundos, los descampados son áridos como el desierto, duros como montañas. Nosotros tenemos suerte.<br />
<br />
Hay mundos destrozados. Mundos donde la fuente de la vida se agotó años atrás, ya fuese el hidrógeno o cualquier otro elemento. Mundos donde no ha habido vida en miles de años. Mundos que han olvidado lo que es sentir pisadas, presión sobre su suelo. Mundos donde solo creaciones antiguas de seres aún más antiguos, permanecen intactas al paso del tiempo.<br />
<br />
En algunos mundos, las casas son maravillosas. Son amplias personificaciones dela maravillas, gigantescos monumentos a la inteligencia de una raza. Ni siquiera soy capaz de describirlas. Sólo puedo intentarlo. Torres que suben hasta las nubes, haciendo ondear al viento estandartes raídos que ya no hay quien los observe. Casas de muchas habitaciones repletas de maravillas, repletas de extraños objetos con usos que no podemos adivinar. Lámparas que brillan con brillantes luces azuladas, condenadas a mantenerse encendidas por toda la eternidad por dueños a quienes la muerte no les dio tiempo siquiera de apagar la lámpara, de poner sus asuntos en orden antes de despedirse y traspasar la línea que todos debemos traspasar algún día, y a través de la cual es imposible mirar. La línea de la muerte, la desconocida, la única frontera infranqueable para los vivos."<br />
<br />
"¿Cómo sabes todo esto?" Me pregunta.<br />
<br />
"¿No es obvio? Lo he visto" Le respondo.<br />
<br />
"¿Dónde?" Me vuelve a preguntar. Parece tenso.<br />
<br />
"Lo he visto." Levanto un dedo y se lo apoyo en la frente. "Aquí"<br />
<br />
Parece hartarse. Cierra los ojos con fuerza y suspira. Poco a poco se levanta. Yo lo observo, sin decir nada. Pasa unos minutos de pie, quieto, como meditando.<br />
<br />
De pronto, se va sin mirar atrás.<br />
<br />
Me siento y, aburrido, me pongo a observar la habitación de mis casa, en nada comparables a las habitaciones de mundos lejanos. Entonces me doy cuenta de una cosa. En la mesa, donde se ha apoyado para levantarse, hay una nota.<br />
<br />
Con curiosidad, la levanto. Está doblada varias veces. Con cuidado de no romperla, la desdoblo lentamente.<br />
<br />
En ella hay escritas dos palabras.<br />
<br />
"Lo siento"<br />
<br />
Entonces un estruendo, más fuerte que cualquiera que haya escuchado en mi vida. Un temblor sacude la tierra, y una ola de calor me golpea como un puñetazo. No reacciono. Un instante antes de que una onda expansiva reduzca las paredes a un polvo rojo que se eleva en espiral hacia el cielo, un instante antes de que un calor insoportable funda mi carne y mi sangre en vapor, doy un pequeño paso hacia adelante, preparándome para cruzar la línea. La línea de la muerte, la desconocida, la única frontera infranqueable para los vivos.<br />
<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-66604950396949577992014-10-12T10:06:00.001-07:002014-10-12T15:09:19.660-07:00Faz y Dral (Capítulo 2)Faz y Dral caminaban juntos por las sombrías calles de Shaderburg. A pesar de que era verano y los días eran cada vez más calurosos, las sombras que pasaban continuamente por allí, y oscurecían el ambiente. Caminaban por una calle que parecía ser de mercado, pero no se podía saber a ciencia cierta, puesto que la gran cantidad de sombras que pasaban por allí oscurecía el suelo de tal manera que no se distinguía si había tiendas o no.<br />
<br />
Al rato, llegaron a un antiguo edificio, que parecía abandonado, y entraron. Después de ascender varios pisos, y sin encontrar a nadie, Dral pudo notar cómo su compañera se ponía en tensión. El frío aumentaba, a pesar de que o parecía haber sombras por allí.<br />
<br />
Al llegar al séptimo, se detuvieron. Notaron el olor dulzón de la carne podrida. Y unos ojos se iluminaron con una luz negra, desde el otro extremo de la habitación.<br />
<br />
La habitación estaba en peor estado que el resto de la casa, lo que ya era un decir. Hilillos de escarcha recorrían las paredes. Los muebles estaban rotos, y las paredes, resquebrajadas. Parecía que hubiera habido un terremoto. Pero lo peor era la figura negra que se erguía al centro de la habitación.<br />
<br />
Parecía evidente que no era una sombra, ya que se distinguía que, a diferencia de las sombras, tenía profundidad. Sus ojos eran negros pero, extrañamente, brillaban.<br />
<br />
Llevaba un arco largo de cuerno, y unas flechas de un metal negro e inquietante, y una espada igual. Iba envuelto en telas, de manera que no se veía la cara. A sus pies había una extraña forma negra.<br />
<br />
Dral estaba pálido y, cuando Faz quiso dar un paso adelante, alargó una mano para detenerla. Poco a poco, el rostro de Dral adquirió una determinación férrea. Y entonces ocurrió lo impensable.<br />
<br />
Dral sostuvo en alto su largo bastón, y lo rompió a la mitad, con las manos. Y uno de los trozos del bastón se endureció, hasta convertirse en metal, un metal duro y resistente. Una espada.<br />
<br />
Dral atacó, a la velocidad del rayo, pero la sombra lo esquivó. Se apoyó en la pared con un pie, y saltó hacia delante, dejando una marca en el suelo da piedra al rozarlo con la punta de la espada.<br />
<br />
La sombra levanto una mano, envuelta en telas, en un gesto elegante, casi perezoso. Y detuvo la espada. Pero nada mas hacerlo, sonó un siseo, y un resonar, como el de una campana. Y la sombre se retorció de dolor. Parte de su cuerpo estaba en llamas. Y entonces, desapareció.<br />
<br />
Dral se sentó, y se apoyó en la pared. Parecía viejo y cansado.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-5681876680533982752014-10-12T09:53:00.001-07:002014-10-12T09:57:39.912-07:00Viajando hacia el norteEn el piso bajo de un bus, viajando hacia el norte, un chico escuchaba música mientras escribía en un pequeño ordenador portátil. Sus dedos apretaban con fuerza las teclas; parecía enfadado por algo. Llevaba unas gafas negras, gafas de ver, no gafas de sol. Tenía los ojos marrones y verde oscuro. Y estaría por el metro sesenta. Tenía el pelo castaño claro largo hasta los ojos. Llevaba puestos unos vaqueros azules, y una camiseta blanca del Jardín Botánico de Rio. Encima llevaba una chaqueta gris oscuro, y llevaba también unas zapatillas negras, con cordones blancos. Escribía, concentrado en lo que tenía delante. Dejó de escribir y miró por la ventana. Reclinó el asiento y se puso a pensar. Al cabo de un rato se enderezó, y siguió escribiendo.<br />
<br />
<i>Flores de invierno al anochecer,</i><br />
<i>sangre plateada a la luz de la luna.</i><br />
<i>Piedra y arroyo,</i><br />
<i>hueso tieso.</i><br />
<i><br /></i>
Siguió escribiendo, concentrado en la pantalla y no en el frío que le trepaba por los pies. Escribía canciones de luna. Historias de verano. Escribía sobre Krish, y sobre Faz, y sobre Dral. Y se preocupaba por la falte de ideas que tenía en la cabeza. No podía entender si realmente estaba escribiendo, o si solo era un sueño, una quimera. Entendía historias en su cabeza, pero no era capaz de sacarlas de allí. Pero lo intentaba. Y a veces lograba algo. No siempre. Y se preocupaba.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>Trueno blenco,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>piedra negra,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>luna nueva en la ribera.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Arce. Mayo.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: left;">
Podía entender casi todo, pero no lo suficiente. Y aun así, se preocupaba. Aún estado sentado, se cansaba. Aún estando vivo, no se sentía vivo. Necesitaba... algo. Cualquier cosa. Aunque fuera malo. Necesitaba algo que lo hiciera empezar a vivir. Necesitaba un empujón. Necesitaba muchas cosas. Tal vez, simplemente tuviera mala estrella. Así que escribía, tratando de encontrar y, a veces, de buscar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Perlas en el cielo nocturno.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Voces de grillos bajo los largos brazos de los árboles.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Adormilados suspiros bajo las estrellas.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Crujido de botas en la maleza.</i></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-43448009810281976302014-10-06T15:28:00.002-07:002014-10-08T12:43:39.249-07:00En los riscosEra media tarde. La luz rojiza del sol se escapaba por detrás del horizonte, y teñía las nubes de rosa. Una tenue brisa soplaba, tenue como un susurro, entre los árboles cargados de verdes y bonitas hojas. Allí, cerca de un pequeño lago, reposaba una casa hecha con maderas recogidas y almacenadas durante años. Una hachuela reposaba encima de un tronco, y delante de la casa, una pequeña tienda de campaña hacía las veces de despensa. Allí, delante de la casa, un agujero para el fuego y las piedras colocadas alrededor de él parecían esperar el calor de un fuego que se encendería pronto. Hacía un día precioso.<br />
<div>
<br /></div>
<div>
En unos riscos cercanos, un muchacho se sentaba de cara al gigantesco bosque que se encontraba unos cientos de metros más abajo. Se llamaba Jun. Había escogido cuidadosamente ese nombre, cuando se lo cambió, tiempo, y lugares atrás.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Jun era un poco extraño. Tenía un pelo negro, podías ver desde lejos. Pero cuando te acercabas y veías el sol iluminándole la cabeza, veías que era de color castaño claro. Sus ojos eran parecidos. Mucho tiempo atrás, un inteligente maestro que tuvo los llamaba "ojos grises". En aquel tiempo, vivía muy lejos, en un lejano lugar donde el viento nunca se detenía, y estaba casi siempre nublado. Años más tarde, había vivido en un pequeño pueblo cerca de la selva, en la playa, y los lugareños lo llamaban "ojos de oro", por el tono verde de sus ojos, con un circulo amarillo alrededor de la pupila. Y ahora, en aquel entorno mayormente verde y rojo, color de las rocas de por allí, sus ojos eran una especie de combinación entre color cobre y verde intenso.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Jun estaba sentado, con las rodillas debajo de los brazos, mirando el bosque. Al lado de sus pies había una caja de lápices, de distintos colores, y un cuaderno grande y voluminoso, repleto de dibujos. Un atardecer. Un lobo corriendo bajo la luz de la luna. Un árbol. Una chica, se podría decir de su edad, con el pelo largo y liso, de color negro, y unos ojos oscuros y profundos, como un pozo a la luz de un pálido amanecer.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Unos metros más allá, una muchacha, claramente la retratada en los dibujos, estaba de pie, mirando a Jun. Parecía pensar en algo muy lejano, aunque se notaba que prestaba atención a lo que veía. La curva del cuello de él. Como su pelo se balanceaba suavemente con la brisa. El tenue roce de tela contra tela cuando Jun movía suavemente las piernas. Al menos, eso era lo que parecía. Pero en sus ojos había algo más. Una intensidad extraña. Un contrapunto en su rostro tranquilo. Como una mácula en un trozo de hielo limpio. Y un pequeña luz, tal vez de esperanza, encendida en su mente.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Ya casi había anochecido cuando un pájaro, tal vez un estornino, silbó y los sacó a ambos de su ensimismamiento. Se tomaron de la mano, y , juntos, caminaron hacia la cabaña. </div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-49273937355114697562014-09-30T13:09:00.002-07:002014-10-08T12:43:39.251-07:00PesadillaNo soy capaz de decir si estoy despierto o dormido, si vivo o muerto. Floto en un aura de paz y tranquilidad recubierta de angustia y desesperación. Soy incapaz de notar si estoy apoyado en algo o si, en cambio, estoy flotando sin tocar el suelo. Soy incapaz de notar si tengo los ojos abiertos o cerrados, de hecho, no puedo mover ni un solo músculo. Floto en un pequeño vacío pesado como el brusco silencio de un conversación interrumpida. Mis músculos, tensos y relajados a la vez, están paralizados. Noto mi pelo rozándome la cara, ligero como el aliento. ¿Es esto la muerte? Porque no es tan desagradable como había pensado.<br />
<br />
Entonces vienen los sonidos. Susurros en la oscuridad. Golpes. Interminables gritos y gemidos que me dañan los oídos, pero no puedo mover las manos para tapármelos. Solo puedo quedarme allí, escuchando. Escucho voces, las de mis compañeros. El sonido de tormentas y rayos. El interminable sonido de golpes de carne contra carne. Pero ninguno de esos sonidos me perturba tanto como la risa que resuena en mis oídos. Y luego, nada.<br />
<br />
Entonces es cuando empiezo a vislumbrar algo. Una luz. Pienso que se ha encendido, pero son mis ojos los que la despiden. Lo puedo ver todo con claridad, como si fuera de día. Estoy...¿Tirado en el suelo? Puedo ver una de mis manos, extendida en un angulo extraño frente a mí. Puedo notar la áspera tierra bajo mi mejilla. Escucho el ruido de un trueno lejano. Y empiezan las pisadas. Bum-bum. Bum-bum. Pienso que es el latido de mi corazón hasta que, contra el antebrazo que tengo doblado debajo del pecho, puedo notar que no late. Bum-bum. Bum-bum. Empiezo a notar que el sonido viene de fuera. Golpes. Fuertes golpes de zapatos de montaña contra un suelo de tierra. Y empiezan los cánticos. Cánticos que he escuchado en alguna parte antes, pero que no puedo recordar dónde, Sea como sea, los cánticos me producen un terror oscuro e irracional. Veo como una cara de pelo negro y ojos negros se cierne sobre mi, llenando mi campo de visión e impidiéndome ver nada más.<br />
<br />
Lo siguiente que noto es que me han dado la vuelta, y puedo ver el cielo. El terror sigue aturdiéndome, y tardo unos segundos en darme cuenta de que estoy gritando, y unos segundos más en parar. Ahora que mi grito, largo y antinatural se detiene, puedo notar un sonido extraño, el sonido de un trueno silencioso. Entonces veo que ya no estoy mirando hacia arriba. Estoy mirando hacia abajo, desde una altura de unos dos metros. Puedo ver hacia todas direcciones a la vez. Y puedo ver muchas cosas.<br />
<br />
Veo a mis compañeros, tirados en el suelo. Veo brillantes figuras, que corren de un lado para otro. Veo pájaros gigantes que emiten horribles chillidos. Veo brillantes animales envueltos en harapos, cantando antiguas canciones. Veo antiguos espíritus, observando desde los árboles. Veo un cielo blanco como el papel, con una brillante luna negra en medio. Y veo brillantes espejos de sangre, que muestran horribles imágenes. Vuelvo a gritar, agarrándome la cabeza con las manos. Voy a enloquecer, o a morir...<br />
<br />
Entonces abro los ojos y veo la esquina de la tienda de campaña en la que estoy acampando. Respiro lentamente, hasta que me sereno. Entonces me doy la vuelta, y sigo durmiendo. Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-12100145398103879542014-09-29T13:34:00.002-07:002014-09-29T13:37:47.841-07:00Una tensión era respirable en el ambiente. La lluvia, fuera resonaba como el martilleo continuo de un herrero golpeando el hierro. Adentro, el fuego chispeaba y crepitaba con un sonido como el de la grava bajo los zapatos. Unas hojas de papel reposaban en una mesa, con diversos dibujos: un árbol bajo la luz de la luna, y el increíble color del pelaje blanco de un lobo bajo una cálida luz otoñal. En una repisa reposaba un viejo bastón de enebro, y en las sombras de detrás de la chimenea, se podía escuchar el silenciosos grito de un espada que estaba allí apoyada. En las estanterías, decenas, cientos, miles de libros se cuchicheaban historias al oído. Y, en un rincón de la habitación, un hombre se miraba las manos con aire cansado.<div>
<br /></div>
<div>
El hombre tenía el pelo amarillo como el sol, casi blanco. Sus ojos eran de un color azul profundo, como el de las aguas de un profundo lago en calma. Sus manos eran manos de inventor: manos fuertes, y firmes, de buen pulso, pero suaves, con unos gruesos callos en la yema de los dedos. Su ropa tenía un ligero tono grisáceo, como el de la nieve sucia. Su piel, del color de una grieta en el hielo, estaba cubierta de delgadas y pálidas cicatrices, que eran casi plateadas. Todas menos una. Podía pasar por sedentario, pero cuando tensaba los tendones de las manos, los músculos de los brazos se le marcaban como cuerdas retorcidas.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Al menos esto era lo que se podía ver a simple vista pero, si lo mirabas bien, notabas algo especial. Llevaba unas botas altas de piel blanda, por ejemplo. Pero si lo mirabas de reojo, y estaba bajo la luz adecuada, veías algo totalmente diferente.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Veías un pelo no amarillo como el sol, sino un pelo que brillaba, casi como el mismo sol. Veías unos ojos azul marino, cuyo iris se movía con un movimiento hipnótico como el de las aguas del mar. Y veías también músculos firmes como la piedra, duros como el acero. Veías palabras de poder brillando, y balanceándose, en sus manos.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Pero si tenías una mente especial, el tipo de mente que realmente ve lo que mira, tal vez hubieras podido notar algo no del todo humano en aquellos ojos. Tal vez pudieras notar un peso en sus hombros, como si un trueno reposara sobre ellos. Y quizá incluso vieras el ligero resplandor que rodeaba todo su ser. Tal vez vieras arcaicas runas, inscritas en su piel como con fuego.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Y quizá incluso podías ver el peso espiritual que tenía en lo que le rodeaba, si puedes imaginarte un peso construido con tormentas, terremotos, y metal fundido.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Y si de verdad eras alguien especial, alguien como Krish, Feantr o el viejo Nil, veías incluso más. Veías grandes llamas de poder, que reposaba e su frente como una estrella blanca. Llamas pesadas como el plomo. Llamas ligeras como el humo. Llamas rojas y negras. </div>
<div>
<br /></div>
<div>
El poder de un dios.</div>
<div>
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-77125664828527434532014-09-28T09:38:00.000-07:002014-09-29T13:39:05.435-07:00Bajo una oscura luna crepuscularRecuerdo pocas cosas de aquel lejano día, bajo una oscura luna crepuscular, en el río Therth, en los lejanos Páramos Invernales. Como yo, arrastrándome por las estepas encontré un pequeño río, y me detuve a beber. Recuerdo pocas cosas de aquel lejano día, bajo una luna oculta detrás de las montañas, más que una tensión, y un sentimiento, ligeros como la neblina que se crea cuando el agua hierve.<br />
<br />
Bajo la oscura luna crepuscular, recuerdo cómo saqué mi laúd, y cómo toqué muchas canciones. "Versado en el crepúsculo". "El martillo y el hierro". "El anciano del camino". "Sentado junto al agua, recordando". "El viento". Estaba tocando "Humo y Rayo", cuando escuché una voz que se unía con la mía, girando, golpeando como los rayos de una tormenta de verano. Ascendiendo y descendiendo como las olas del mar.<br />
<br />
<div style="text-align: left;">
Recuerdo como busqué y busqué, sin descanso, el origen de aquella voz hermosa, y no la encontraba. Recuerdo como incluso, traté de engatusarla como un poema:</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
¡Oh, dulce voz que en los Páramos cantas!</div>
<div style="text-align: center;">
¿Podrías responder a mi llamada?</div>
<div style="text-align: center;">
¿Podrías mostrarte ante mí</div>
<div style="text-align: center;">
para así yo poder presentarte mis respetos?</div>
<div style="text-align: center;">
¿Podrías revelar cómo es que cantas tan hermoso,</div>
<div style="text-align: center;">
...</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
No me extraña que el poema no la engatusara, ya que no era muy bueno.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Pero recuerdo como si fuera ayer como, desesperado busqué aquella voz, como un relámpago buscando su trueno. Como corrí, frenético, de un lado a otro, tratando de encontrar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Pero no era capaz, no fui capaz de encontrarla. Recuerdo como, desesperado, me eché a llorar. Y sí, lloré aquel día, y he llorado muchos días desde entonces, por la voz perdida que no se puedo encontrar.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y finalmente, recuerdo cómo me senté debajo de un árbol, y toqué. Toqué, intentando no recordar, hasta que caí dormido.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-5159315172527950492014-09-24T14:56:00.001-07:002014-10-12T15:11:47.786-07:00Faz y Dral (Capítulo 1)La pequeña sombra Faz caminaba (o se deslizaba) por un antiguo sendero, un sendero de héroes y reyes.<br />
<br />
Faz era una sombra que, como a ella misma le gustaba definirse, tenía dos caras. Una era una cara risueña, pícara, y juguetona. La otra era una cara seria, sombría, y regia, que mostraba cuando era necesario.<br />
<br />
En aquel antiguo sendero, conoció a un curioso personaje, un viajero incansable que había visto muchas cosas. Había visto los cristales flotantes de las islas Urururuoa. Había visto los viejos y ancestrales puentes de viento en el lejano país de Khárdor, al otro extremo de las montañas Encrespadas. Incluso había visto a los dragones volar por el cielo en las Guerras de la Creación.<br />
<br />
Se llamaba Dral. Tenía el pelo negro y encrespado, casi se podría decir que era azul marino. Sus ojos eran de muchos colores, rojo, negro, verde, amarillo. Llevaba unja capa de viaje negra y morada, que envolvía un cuerpo enjuto y nervudo. Caminaba apoyándose en un bastón de fresno, aunque seguramente no lo necesitaba. Iba canturreando una canción que ya era vieja cuando el viejo Nil era joven:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
Caminando por el camino,</div>
<div style="text-align: center;">
viendo los árboles pasar, </div>
<div style="text-align: center;">
viendo a los pájaros montar el viento,</div>
<div style="text-align: center;">
me doy cuenta de pronto</div>
<div style="text-align: center;">
de mi propia mortalidad.</div>
<div style="text-align: center;">
Y cuando quiero parar a descansar,</div>
<div style="text-align: center;">
me apoyo en mi bastón de hueso,</div>
<div style="text-align: center;">
y recupero viejos tiempos,</div>
<div style="text-align: center;">
de mi antiguo y brioso pasear.</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Cuando se cruzaron en el camino, a Dral no le pareció extrañarle lo más mínimo que una sombra caminara sin cuerpo que la proyectara. En aquellos tiempos y aquellos lugares, era bastante común.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y una de las particularidades de Dral era que había días en los que solo podía hablar en verso, y además no te entendía si no le correspondías correctamente. Así que saludó de esta manera:</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
¡Hola!</div>
<div style="text-align: center;">
¿A dónde vas,</div>
<div style="text-align: center;">
tan tranquila y silenciosamente,</div>
<div style="text-align: center;">
pequeña sombra,</div>
<div style="text-align: center;">
si puedo preguntar?</div>
<div style="text-align: center;">
Más si detenerte puedes,</div>
<div style="text-align: center;">
no dudes más,</div>
<div style="text-align: center;">
¡para junto al camino,</div>
<div style="text-align: center;">
y tengamos un delicioso almuerzo,</div>
<div style="text-align: center;">
que el día no apremia!</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
A lo que Faz respondió:</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
¡Hola!</div>
<div style="text-align: center;">
¿Puedo preguntar</div>
<div style="text-align: center;">
si eres Dral?</div>
<div style="text-align: center;">
¿O eres acaso </div>
<div style="text-align: center;">
algún poeta fustrado</div>
<div style="text-align: center;">
que ya no pudo hablar</div>
<div style="text-align: center;">
más que en verso?</div>
<div style="text-align: center;">
Si bien mi día no apremia,</div>
<div style="text-align: center;">
me gustaría</div>
<div style="text-align: center;">
cuanto antes llegar</div>
<div style="text-align: center;">
a la capital de mi gente,</div>
<div style="text-align: center;">
Shaderburg,</div>
<div style="text-align: center;">
y si bien me encantaría</div>
<div style="text-align: center;">
ese prometido almuerzo,</div>
<div style="text-align: center;">
tarde no quiero,</div>
<div style="text-align: center;">
a mi cita llegar.</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Dral se rió, encantado, y respondió:</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
¡Si!</div>
<div style="text-align: center;">
Has acertado,</div>
<div style="text-align: center;">
puesto que Dral soy yo,</div>
<div style="text-align: center;">
y como yo no hay otro,</div>
<div style="text-align: center;">
mas, ¿quién sabe?</div>
<div style="text-align: center;">
A lo mejor </div>
<div style="text-align: center;">
un poeta frustrado</div>
<div style="text-align: center;">
resulto ser.</div>
<div style="text-align: center;">
Y si a Shaderburg quieres llegar,</div>
<div style="text-align: center;">
problema no tengo en acompañarte,</div>
<div style="text-align: center;">
y conversación darte,</div>
<div style="text-align: center;">
además ando buscando compañeros,</div>
<div style="text-align: center;">
y aventuras que vivir,</div>
<div style="text-align: center;">
así que si no tienes problema,</div>
<div style="text-align: center;">
te acompañaré sin dilema,</div>
<div style="text-align: center;">
y ¿quién sabe?</div>
<div style="text-align: center;">
Si te acompaño,</div>
<div style="text-align: center;">
después de todo lo que he caminado</div>
<div style="text-align: center;">
¡juntos, tal vez,</div>
<div style="text-align: center;">
encontremos aquello</div>
<div style="text-align: center;">
que tanto habíamos deseado!</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Contenta y pícara, Faz respondió:</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
Entonces,</div>
<div style="text-align: center;">
si problemas no hay,</div>
<div style="text-align: center;">
y si de todas formas hemos de caminar,</div>
<div style="text-align: center;">
acompañarme no te impediré</div>
<div style="text-align: center;">
y, tal vez, </div>
<div style="text-align: center;">
aventuras vivamos.</div>
<div style="text-align: center;">
Así que</div>
<div style="text-align: center;">
¿por qué no?</div>
<div style="text-align: center;">
Caminemos juntos</div>
<div style="text-align: center;">
a Shadeburg</div>
<div style="text-align: center;">
y allí </div>
<div style="text-align: center;">
seremos,</div>
<div style="text-align: center;">
(o quizá somos ya)</div>
<div style="text-align: center;">
grandes amigos.</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Y así empezaron las aventuras de Faz, y Dral, que durarían mucho tiempo, y que quedarían grabadas en muchas historias y cuentos infantiles de aquel pacífico reino.</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-77655672571575279132014-09-22T14:52:00.000-07:002014-09-22T14:55:33.087-07:00El viejo Nil. Introducción.Una ligero tensión pesaba en el aire, una fresca mañana de verano, en un descampado a las afueras de la ciudad de Valladolid.<br />
<br />
En aquel lugar, no lejos de una pequeña villa llamada Santa Cruz, existía un largo y serpenteante riachuelo, en el cual muchos animales acudían a beber. A los costados de este, crecían arbustos de bayas y fresas silvestres, que alimentaban a muchos animales y personas que alguna vez pasaban por allí.<br />
<br />
En este tranquilo rincón, lejos de las dulces, pero escandalosas voces de los niños que jugaban al pilla-pilla en una parcela, vivía un viejo ermitaño que en otro tiempo le habían llamado el Viejo Nil.<br />
<br />
Nil era, a simple vista, un anciano de barba azul, sin pelo en la cabeza, vestido con una vieja túnica de gala, que caminaba apoyándose en un bastón de madera retorcida.<br />
<br />
Nil vivía en una pequeña casa de madera, construida por él cuando era más joven, que llegaba incluso a tener un pequeño sótano donde Nil dormía.<br />
<br />
Nil vivía en una profunda conexión con la naturaleza. Sabía ver, aquí y allá, a los grandes espíritus de los animales. La Gacela, el Oso, el Jabalí...<br />
<br />
Muchos pensaban que el viejo Nil estaba loco, pero no era así. El tenía un conocimiento profundo de los cimientos del mundo, pero no los usaba en propio beneficio, sino únicamente con y para los demás.<br />
<br />
Esta es la historia de Nil, y de una pequeña sombra llamada Faz, y de las aventuras que vivieron, juntos y separados.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-27983000099786408352014-09-17T10:44:00.001-07:002014-10-12T15:04:55.177-07:00Scout<span style="font-size: x-large;">E</span>ra de noche. En el campamento reinaba el sonido, un sonido compuesto por muchos ruidos que se entrelazaban entre sí como una amalgama.<br />
<br />
La primera capa de sonidos era fácil reconocerla. El sonido del viento entre los árboles, o el suave ruido del frote de las manos de un tropero que se calentaba con las brasas de un fogón hacía tiempo apagado. El suave crujido de los pies de un zorro que correteaba por la maleza. El rechinar de un portón que se balanceaba con el viento, y los ronquidos que resonaban dentro de una tienda de campaña. Esta capa de sonidos era familiar, y era ancha y ligera como la llegada de un viejo amigo.<br />
<br />
La segunda era más complicada de reconocer. Si pasabas mucho rato escuchando, quizá empezaras a notarlo en las pisadas de los tres guardias que daban vueltas por el sitio. Estaba en el resentido cáñamo que sujetaba los piquetes de una carpa mal tensada. Estaba, enlazada como una amistad, en la tos ligera que sufría uno de los Toquis, resfriado. Podías, tal vez, escucharla en las vueltas que se daba otro tropero que, enfadado porque no lo tomaban en serio, había decidido dormir fuera de su tienda de campaña. Era una capa incómoda y tenebrosa, e, incluso sin palabras, incitaba a la rabia.<br />
<br />
La tercera era la capa más profunda de todas. Era la más grade de las tres, y envolvía a las otras dos. Era ancha y profunda como la puerta del sueño. Era pesada como una manta empapada. Era ligera como un suspiro. Era significativa como el grito de dolor de un hombre que se rompe un hueso.<br />
<br />
Esta capa estaba compuesta por los sonidos más profundos del ambiente. Sonidos como las historias que se susurraban entre sí los báculos de la patrullas, recubiertos de piel. Las historias que se podían leer en un viejo libro encuadernado en cuero. El quejido de un trozo de tela de tres colores, con forma triangular enrollado sobre si mismo unas treinta veces. Estaba en las mentes de tres hombres que caminaban por ahí, envueltos en telas. Estaba en los ojos, amarillos y verdes, de un tercer tropero que estaba allí, de pie bajo de la luna.<br />
<br />
El tropero tenía el pelo negro como el carbón. Llevaba unos zapatos de montaña, y de su cintura colgaba un trozo de tela amarillo y negro. En su bolsillo había un reloj y un trozo de papel con unos nombres escritos. En su mano reposaba una linterna, hacía mucho tiempo apagada.<br />
<br />
En su ser se concentraban muchas vidas, vidas de lujuria y alegría, y vidas de pena y masacre. Él era el dueño de la tercera capa de sonidos, y así debía de ser, pues el silencio que se escondía en su cuerpo era un silencio especial. Era un silencio profundo como el de un vaso roto. Era un sonido enorme como el de un golpe. Era un silencio que compartía con todos sus compañeros, sin importar raza, color de piel, gustos, nacionalidad, o idioma natal.<br />
<br />
El silencio de un scout.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-68759187015194907222014-09-10T17:05:00.000-07:002014-10-12T15:22:24.406-07:00Con respecto a "Táborlin el Grande"...Con respecto a la historia "Táborlin el Grande", tengo que decir un par de cosas...<br />
<br />
El personaje Táborlin el Grande es un personaje inventado por Patrick Rothfuss en su "Crónica del Asesino de Reyes", al igual que los Mael.El Synthar-Heidra fue por mi cuenta.<br />
El momento del "¡Haz temblar a mis enemigos, Escarcin!", lo saqué del anime Bleach. Perdón.<br />
Hay otro personaje que no he inventado yo... A ver si lo encontráis.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-38395593983118437872014-09-10T16:55:00.001-07:002014-10-12T15:06:41.837-07:00Táborlin el GrandeTáborlin el Grande estaba preocupado. Sabía que si lo atrapaban estaría en grandes problemas.<br />
<br />
Corría por el denso bosque Trokkar, con su capa de ningún color rasgada y sucia. Su vela hacía tiempo que se había apagado, y su moneda estaba abollada. Sólo su espada estaba intacta, aunque algo desafilada.<br />
<br />
Lo perseguía una de las criaturas mas viles de los Mael: un <i>Synthar-Heidra. </i>Estas criaturas de oscuridad, conocidos como Devoradores de Carne por los guerreros de antaño que habían peleado con ellos.<br />
<br />
Este era uno especialmente poderoso. Tenía la forma de un gran cadáver en descomposición, llevaba una corona de fuego y sombras, y sus ojos transmitían malicia y odio. Cargaba con un gran hacha, sujetándola con una sola mano como si fuera un juguete. Con la otra lanzaba hechizos de fuego y muerte.<br />
<br />
Táborlin llegó al borde de un gran acantilado, que se extendía casi indefinidamente hacia arriba. El <i>Synthar-Heidra</i> rugió detrás de él, sacudiendo árboles y haciendo temblar el suelo.<br />
<br />
Se encontraron cara a cara. La cara de Táborlin solo reflejaba determinación, sin una pizca de temor o duda. Levantó su espada por encima de sus cabeza, al tiempo que decía:<br />
<br />
-¡Haz temblar a mis enemigos, Escarcin!<br />
<br />
Y todo ser viviente en dos kilómetros a la redonda escuchó un trueno, como de una avalancha después de un relámpago.<br />
<br />
Un potente rayo de luz cegó al Mael. Se tapó los ojos, sorprendido, y cuando pudo abrirlos y ver lo que tenía delante, una espada le atravesó el estómago. Era Tábotlin, recubierto por una luz dorada. Su espada estaba electrizada.<br />
<br />
Cuando el Mael se desvaneció en una nube de polvo, Táborlin dijo:<br />
<br />
<i>-Harath, en Bast... nuner thal.</i>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-27108595794728387392014-09-07T13:00:00.000-07:002014-10-12T15:06:21.503-07:00El hombreDos hombres armados caminaban hacia el templo. En aquel sagrario de redención y pacifismo, su presencia destacaba como la de un lobo en un gallinero. Sus pies, sucios, mancillaban el suelo que el delirio había hecho sagrado.<br />
<div>
<br /></div>
<div>
Al llegar a la puerta del templo, los hombres, al parecer borrachos, pegaron el grito:</div>
<div>
<br /></div>
<div>
-¡Monjes cobardes! ¡Salid de vuestro templito y pelead con nosotros!- Gritó uno.</div>
<div>
-¡Si, que veamos si se merecen los impuestos que reciben y ese templo que tienen!- dijo el otro.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
La gigantesca puerta del templo se abrió lentamente. Un hombre encapuchado salió al exterior. </div>
<div>
<br /></div>
<div>
El hombre caminaba con ligereza, con la espalda recta, sin dar ninguna seña de temor o desdén. Caminaba expresando seguridad absoluta en si mismo, pero no menospreciaba a sus rivales.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
A unos diez pasos de los borrachos, se detuvo. Se quedó allí de pie, con expresión desafiante, esperando que sus rivales atacaran primero.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
De pronto, la presencia de aquel hombre pus serios a los bandidos. Sin burlarse ni reírse, desenvainaron sus armas; una lanza de punta larga y con filo, y una pequeña maza de una mano. </div>
<div>
<br /></div>
<div>
El los bandidos parpadearon, preparándose para le refriega...</div>
<div>
... y miraron fijamente al aire, puesto que el hombre encapuchado no estaba allí. Apareció detrás de los bandidos, y los golpeó con tanta fuerza que quedaron inconscientes al instante.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
El hombre miró hacia arriba, y una ligera brisa le quitó la capucha, revelando unos ojos negros y profundos, y un pelo lacio y negro que le llegaba a los hombros.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
El hombre desapareció como una nube de humo, mientras un grito de ira resonaba en el silencio.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Se hizo la calma. Amanecía.</div>
<div>
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-72329090098635070992014-09-02T15:14:00.000-07:002014-09-17T09:57:15.031-07:00Un terremoto sacude el suelo. Un grito de ira resuena por las montañas y provoca una avalancha. Un trozo de piedra roja, resquebrajada, en la que todavía se puede leer <i>Meä--, </i>cae al lado de un hombre vestido de negro que medita sentado en el suelo.<br />
<br />
El hombre ni se inmuta, y mira hacia el norte con unos ojos pacíficos y grises. Asiente para si, y se levanta. Lentamente, con calma, se pone sus botas y empieza a caminar, lejos, hacia el sur. Su pelo negro se agita con el intenso viento que sigue a otro grito de furia.<br />
<br />
El hombre ni se inmuta y sigue caminando. Al llegar al profundo Barranco de Ébano, se detiene.<br />
<br />
Se agacha y toca el suelo, y murmura unas palabras que el viento desmenuza. No ocurre nada. El hombre frunce el ceño, al parecer ligeramente molesto. Se encoje de hombros y se levanta.<br />
<br />
Una nueva ráfaga de viento, fuerte como un huracán, le hace tiras el hábito que lleva, dejándolo solo con unas calzas largas. En su pecho desnudo se pueden leer distintas runas: <i>Haethr, Lessyna, Molderedl. </i>Todas significan "indiferencia".<br />
<br />
El hombre despliega unas alas negras, que parecen estar hechas de hielo y sombras. Las agita, y se convierte en un sombra, veloz como un rayo, y se dirige al norte, muy lejos, a encontrarse con un viejo conocido.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-49892502860401461642014-09-01T15:58:00.000-07:002014-09-17T09:57:15.008-07:00Una ligera brisa soplaba entre los solitarios árboles que había en medio de un desierto. Un pequeño lago, cada día más pequeño, alimentaba como podía la vida de los árboles que crecían a su alrededor. Y un hombre rubio vivía allí, en una cabaña, alejado de todo.<br />
<br />
El hombre se llamaba Deward. Había vivido muchas aventuras, en compañía de un viejo amigo, pero un día, su amigo encontró una llave, roja y pesada. Y una idea loca se le metió en la cabeza. Con el paso de los años, fue haciéndose cada vez más poderoso, hasta conseguir un poder que ningún mortal había obtenido hasta aquel entonces. Obligado por su deber como amigo, había tratado de detenerlo, puesto que su idea habría puesto el mundo en un grave peligro. En la refriega, Deward perdió un brazo y una pierna, que luego reemplazó por unas mecánicas, pero logró matar a su amigo y poner el mundo a salvo. Pero el poder que su amigo había obtenido era demasiado terrible como para imaginarlo. Su ser ardía con un poder tal que, si bien se lo podía matar, no permanecería muerto mucho tiempo.<br />
<br />
El cielo se tiño de rojo, y un repentino temblor sacudió el suelo. Un grito de ira resonó en el desierto y se alejó, seguido de un viento fortísimo que rompió un par de árboles y se alejó hacia el horizonte.<br />
<br />
Deward se puso en pie y miró al cielo con aire cansado. Se desperezó, y se concentró.<br />
<br />
La camisa que llevaba estalló en llamas. Deward ni se inmutó. Entre las llamas se podían ver algunos tatuajes en su piel. <i>Jaethar, Reshat, Iratel, Iosenes. </i>Todas significaban "Alegría".<br />
<br />
Deward extendió unas largas alas doradas, y echó a volar. De sus alas surgían destellos de luz que revitalizaban a las plantas y nutrían a los animales. Voló, muy lejos hacia el sur, a encontrarse con un antiguo conocido.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-51547019870989637572014-08-31T18:53:00.000-07:002014-09-17T09:57:15.011-07:00IraEs de día, un día caluroso y seco. Los pocos árboles que reposan a un lado del camino están secos por el intenso sol que los hostiga día a día. La tierra se está secando poco a poco, convirtiéndose en un desierto.<br />
<br />
Un hombre, alto, pálido y de pelo negro que le llega a la cintura, va pasando por el camino. Lleva una llave bastante grande al cuello, una llave roja y pesada.<br />
<br />
Al llegar al fin del camino, el hombre se detiene y mira al suelo. Da unas palmadas en la rugosa arena, y murmura unas palabras que el viento se lleva lejos.<br />
<br />
Un temblor sacude la tierra. El cielo se tiñe de rojo, y los pocos animales que pasan por allí huyen aterrorizados. Y una gigantesca puerta, de una piedra volcánica granate, emerge del suelo con un estruendo.<br />
<br />
La puerta tiene unos diez metros de alto. Tiene grietas por todas partes, pero a pesar de eso se pueden leer algunas runas inscritas en distintas partes de la roca: <i>Tesin, Doza, Mëarastha </i>y <i>Terân. </i>Todas significan "calma"<br />
En la puerta hay un agujero de cerradura.<br />
<br />
El hombre de pelo negro se arranca la llave del cuello de un tirón. La encaja en el agujero de la cerradura. Y le da una vuelta, da un paso atrás, y tira de la puerta un poco, para después dar otro paso atrás y desvanecerse, como si nunca hubiera existido.<br />
<br />
Un grito de furia desgarra el tejido del mundo. La puerta explota y se parte en pedazos, que caen muy lejos, más allá de las montañas Kere.<br />
<br />
De la puerta emerge, lentamente, un hombre pelirrojo. Sus ojos son dos llamas carmesí. Está desnudo hasta la cintura, y en su pecho desnudo pueden leerse algunas palabras: <i>Andan, Rethan, Hyuzsar, Heuar, Khoerat, </i>y <i>Kármenar. </i>Todas significan "Ira".<br />
<br />
En su espalda está tatuado un ojo, rojo y con una pupila lobuna. Y, de los costados de este ojo, emergen unas alas del color de la sangre.<br />
<br />
El hombre grita otra vez, con un grito desgarrador que rompe árboles y que genera un viento fortísimo, que empuja la arena y se aleja hasta desaparecer.<br />
<br />
El hombre se agacha y golpea el suelo. Un temblor sacude la tierra. Y entonces el hombre se aleja volando, como un ángel, pero mientras vuela, de sus alas cae sangre.<br />
<br />
Cuidado. La Ira anda suelta por el mundo.<br />
<i><br /></i>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-18355231458451250322014-08-28T15:39:00.000-07:002014-10-12T15:06:06.765-07:00El ManicomioEn medio de la ciudad dormida, hay un edificio alto y cuadrado, con sólo unas pocas ventanas, con paredes de piedra maciza, y con una puerta de hierro reforzado. Este edificio especial, es, según lo llaman, "el hotel de los desequilibrados". Es, por decirlo simple y llanamente, el Manicomio.<br />
<br />
Dentro de este edificio, que está negro como boca del lobo, hay muchos visitantes permanentes; como el viejo Roz, que esta encaramado en el respaldo de su silla, como un pájaro, murmurando:<br />
-Si, podría usar el cazapatos, pero reaccionaría explosivamente con el presionador y los husos de piedra. Aunque se podría usar piedras de luna como neutralizador. Pero no me quedan suficientes, ¿verdad? No, no me quedan suficientes... Tendré que pedirle al caragato que me traiga cuando vuelva...- Y así, siempre hablando de cosas aparentemente sin sentido, pero que para él parecen tener una gran importancia.<br />
También está el ex-general Hosemort, que tiembla como un flan, encaramado en su cama, diciendo:<br />
-Soldado Heintz, ¿qué estás haciendo? Te pedí el cañón listo para las seis... Y alférez, ¿donde está el mozuelo? Le dije que me trajera mi sable engrasado en diez minutos. Y Rose, ¿quieres hacer el favor de ¡DEJAR DONDE ESTABA EL MALDITO MAPA!?<br />
<br />
Uy, y quien más simpático que el vizconde Tamar, siempre hablando muy alto:<br />
-Ay qué gracioso, jijijiji, ese pez rosa que nada, si, mira ahí, al lado de la ventana, jijiji, mira como se mueve, jajajaja. Y ese elefante rojo...- como siempre, alucinando, riéndose y comportándose como si estuviera acompañado, como en sus buenos días en la corte.<br />
<br />
Luego, hay otros como el sombrío Haz, siempre murmurando:<br />
-Si, vendrán, y vendrán por ti, y por mi, y una capa de oscuridad cubrirá la Tierra. Pero no moriremos, oh no, sino que iremos a un lugar de sufrimiento, ya lo verás...- Y así, siempre tan deprimente.<br />
<br />
Uno de los más conocidos es el orador Atom, siempre:<br />
-ElvizcondedeTrabonhallegadoacompañadodesudistinguidaesposalaseñoraMaríadelCármenJimenez...-Y así.<br />
<br />
Pero hay un visitante muy especial, que está sentado al lado de la ventana, mirando por ella, quieto sin decir nada. La luna ilumina su cara y muestra su tez pálida, y su pelo negro y lacio, que le llega a los hombros, y su cuerpo esbelto y flaco. La luna también ilumina sus ojos.<br />
<br />
Unos ojos negros, profundos, y totalmente cuerdos.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-33840003142482281282014-08-27T15:37:00.000-07:002014-09-17T09:57:14.996-07:00Tam<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Era una
fresca mañana de otoño; las hojas, amarillas, rojas y naranjas, caían con un
susurro imperceptible, creando a su vez un inigualable espectáculo de colores
en el suelo. La brisa, implacable, meneaba los arboles de un lado a otro,
haciendo así que la lluvia de hojas resultara interminable, así como su
espectáculo y, desde las sombras del ala del techo de una casa, un hombre
observaba todo esto atentamente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">El hombre
tendría unos veinte años. Su pelo era del color de la tierra donde había nacido;
un interminable campo de amarillo, salpicado de manchas castañas. Sus ojos
reflejaban la luz como un espejo y, con el espectáculo de hojas, sus ojos
parecían un caleidoscopio; un espectáculo de luces equiparable a la ‘lluvia de
hojas’ que había afuera. Llevaba ropa humilde, pero bien hecha. De pronto, una
voz hendió el aire:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-Tam, ¡¿dónde
diablos estas?! ¡Hay trabajo que hacer!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">El hombre
sonrió y se acercó al hombre que había gritado. Era un hombre de unos cuarenta años, con el pelo canoso y
barba rala. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-Ahí estas,
Tam, maldita sea. Esos barriles de vino no van a sacar patas y meterse
caminando en la despensa así que, ¡andando!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">- Ya voy, ya
voy- dijo el tal Tam. Se acercó a la puerta de la posada y agarró uno de los
barriles, lo tumbó y lo hico rodar para llevarlo a la despensa. Cuando llegó a
la escalera, lo levantó, bajó y lo puso
en los soportes. Repitió la operación hasta que no quedó ningún barril fuera de
la despensa. Cuando terminó, fue a la barra y comenzó sus tareas diarias;
limpió la barra, ordenó las botellas de licor, colocó las mesas y las sillas en
orden y lavó los platos y los vasos sucios del día anterior. Cuando terminó, ya
era la hora de la comida, así que puso la carne al fuego, fue al pozo a por
agua y lavó y cortó unas verduras. De pronto, el tintineo de la campanilla de
la puerta alertó de visitantes; tres hombres entraron, se sentaron y pidieron
la comida con un ‘lo de siempre’. Como Tam había previsto esto, fue a la cocina
y volvió con tres platos de estofado apoyados en los brazos. Los sirvió, sirvió
la bebida y los hombres empezaron a discutir algo que ya parecían llevar
discutiendo un buen rato:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-No seas
tonto, Hans, es obvio que no era un demonio<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-¡Te digo
que lo era! Ese mago idiota lo invocó, el demonio saltó y le pegó un mordisco
en el cuello al otro <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-Piensa,
Hans, que si fuera un demonio, habría empezado a perseguir a ese mago mucho
antes- respondió el otro<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">- Yo creo
que Mel tiene razón; es obvio que no era un demonio-intervino un tercero- Ya
sabes como de supersticiosa es tu gente<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-¡Tú no te
metas, Mat! He dicho que era un demonio y un demonio era. Si no me crees,
pídele el final de la historia a otro- dijo Hans con el rostro enrojecido- ¡Y
no te metas con mi gente!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">De pronto la
puerta se abrió. Un cuarto hombre entró a la posada y lanzó un grito de ‘lo que
haya para mí’. Se sentó, con su plato de estofado delante, y dijo:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-A ver, de
que estáis discutiendo tanto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-De que yo
les estoy contando una historia, y estos dos imbéciles se empeñan en
contradecirme-dijo Hans<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-Pues entonces
cuéntame esa historia y yo haré de mediador neutral-dijo el recién llegado<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-Está
bien-refunfuñó Hans- Bien, esta es una historia que no se sabe si pasó o no,
solo se sabe que lleva pasando de generación en generación entre nuestra gente,
el Pueblo de las Montañas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Un día, un
joven mago había ido a comprar materiales para su Academia en el mercado de la
ciudad de Mirt, cuando notó que alguien le amenazaba con un cuchillo en la
espalda. Se dio la vuelta muy lentamente, para no asustar al ladrón, cuando le
vio la cara. Estaba pálida, y las venas se le marcaban como líneas púrpura bajo
la piel. Pero lo más inquietante de todo eran sus ojos, tan negros que parecían
tener sólo pupilas. Ya lo sabéis, eso significa que consumía una droga llamada
Mennt, y no solo eso, su cara decía también que llevaba varios días sin
probarla, por lo cual habría sido capaz de rebanarle el cuello a su esposa por
unas monedas. Pues bien, el mago se dio cuenta de esto, y pronunciando tres
antiguas palabras de poder, invocó un demonio que salt…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Todos se
sobresaltaron cuando una súbita carcajada inundó la estancia, hasta el último
rincón de la sala. Tam estaba apoyado en la puerta. Había escuchado la historia
con curiosidad, pero aquella última parte le había parecido de lo más graciosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-¿Qué se
supone que es tan gracioso?- preguntó Hans, con una furia contenida en la voz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">-Pareces
tonto, chico. Los demonios no existen- respondió Tam.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Sumamente
furioso, Hans golpeó en la mesa, volcando su jarra de cerveza, apartó su silla,
lanzó unas monedas sobre la barra y se fue. Los otros lo siguieron poco
después, cuando hubieron terminado y pagado sus consumiciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 19px; line-height: 19.97333335876465px;">Y la cara de Tam delataba su mentira.</span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 26.0pt; line-height: 107%; mso-bidi-font-size: 14.0pt;">*<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Esa noche,
todo parecía normal. El posadero se fue a acostar y dejó a Tam a cargo, como
solía hacer. Tam preparó todo para el día siguiente, como solía hacer. Dejó el
cubo del pozo abajo para solo tener que subirlo para sacar agua, como solía
hacer. Rellenó los barriles de cerveza de detrás de la barra, como solía hacer.
Dejó unos vasos sucios en el fregadero, como solía hacer. Cerró las ventanas,
como solía hacer. Pulió un poco la espada que estaba detrás de la barra, como
solía hacer. Apagó la linterna de fuera de la posada, como solía hacer. Regó un
poco el huerto, como solía hacer. Sin embargo, la noche no era como solía ser.
Fuera de la posada, lejos de la mirada de Tam, la oscuridad se cernía alrededor
como neblina, intangible e inquietante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 107%;">Más lejos
aún, lejos del alcance de la agradable luz rojiza del pueblo, unas figuras se
mueven en la oscuridad. Unas figuras que emanan oscuridad como el calor
corporal. Son cuatro. Todas llevan armas: largas espadas negras, afiladas como
el demonio e igual de inquietantes; largos arcos de cuerno y unas flechas con
punta de un metal negro y afilado como el de las espadas. Sus ojos, vidriosos y
negros como la pez, miran sin ver. De pronto, todas se detienen al unísono,
como los engranajes de una máquina que se atasca. Se miran a los ojos, o dan la
impresión de hacerlo. Todas las figuras, con un solo movimiento lento y
antinatural, empiezan a girar sobre sí mismas. Un torbellino negro se cierne
alrededor de ellas, girando a toda velocidad. Un instante después, no hay nada.
Solo la creciente oscuridad, los frondosos árboles y una ráfaga de aire </span></span><span style="font-size: 19px; line-height: 19.97333335876465px;">frío</span><span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 107%;"> como el aliento de un muerto.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 107%;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 107%;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: medium;"><span style="line-height: 107%;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Caminando
por el bosque, un hombre encapuchado y abrigado de pies a cabeza vio algo que
no auguraba nada bueno: una fina capa de escarcha cubría toda la tierra bajo
sus pies, crujiendo y partiéndose cuando pisaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Siguió
caminando, sin darle mucha importancia. Entonces se percató de algo; una huella
en el camino. El hombre vio que eran las
huellas de dos pies. Eso no tenía lógica, ya que no había huellas que pasaran
por esas marcas, sino que las pisadas se detenían y, simplemente
desaparecían. Preocupado, el hombre se
acercó a la huella. Vio que eran cuatro pares de marcas, todas parecidas a la
que estaba viendo. Pero vio algo más. Algo que lo asustó hasta casi el punto
del pánico; había una extraña marca negra alrededor de las huellas. Asustado,
el hombre se acercó. Hincó el dedo en la tierra y se lo metió a la boca.
Escupió rápidamente. Entonces vio algo que lo hizo palidecer: un pájaro de un
árbol cercano estaba quieto. No la típica inmovilidad temblorosa de quien
quiere esconderse, sino una inmovilidad total. El pájaro parecía de piedra. Se
acercó y tocó al pájaro. Entonces salió corriendo despavorido. El pájaro estaba
helado, más frio que el hielo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Tenía que
avisar a Tam.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Los
Fantasmas del Invierno habían estado allí la noche pasada.<o:p></o:p></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-46748131122641256352014-08-27T13:37:00.003-07:002014-09-17T09:57:15.006-07:00¡DESAPARECIDO!<i>No llores mi muerte.</i><br />
<i><br /></i>
Encerrado en una pequeña celda, mi mente se remueve y grita, encerrada en una prisión peor que la que retiene a mi cuerpo. Y, poco a poco, mi mente me hace recordar cosas que no quiero recordar.<br />
<br />
<br />
Una lluvia de flechas. La espada, azul brillante, que me pesa en el brazo. Los ruidos y gritos de dolor de muchos hombres. La armadura que me pesaba en el cuerpo. El gusto metálico de la sangre en la boca. Y mi compañero del alma, allí tirado, atravesado por una flecha que eludió sus defensas. Sus ojos se están cerrando; ya casi no queda vida en el. Lo levanto a pesar de lo cansados que están mis brazos, y salgo corriendo. Si llego a tiempo, los hechiceros de la reina Sahl podrían salvarlo.<br />
<br />
Cuando llevo medio minuto corriendo, escucho como susurra levemente:<br />
-Debes... dejarme ir<br />
Un momento después, me vuelve a susurrar.<br />
-No llores mi muerte.<br />
Y noto como su conciencia se va desvaneciendo en el vacío.<br />
Desesperado, lo alimento con mi propia energía, en un intento de mantenerlo con vida hasta encontrar a un hechicero que lo cure.<br />
Pero la hemorragia no se detiene. Y su conciencia se desvanece.<br />
<br />
Oscuridad. Vacío.<br />
Desaparecido.<br />
¡Desaparecido!<br />
¡DESAPARECIDO!<br />
<br />
Un aullido de dolor, ancestral y lleno de furia y odio, sale por mi garganta y se esparce por el campo de batalla. Todo lo que está a menos de tres metros de mí salta por los aires. Me lanzo contra los salvajes Srgho, dispuesto a hacerlos pedazos.<br />
Y entonces, nada. Dolor. Me caía.<br />
<br />
Despierto en la celda, solo.<br />
¡Solo!<br />
<br />
Y lo peor son los ojos negros del hombre alto, delgado, pálido, y de pelo negro, que me observan por el ventanuco de la celda.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-56244969319368265832014-08-25T13:44:00.000-07:002014-10-12T15:05:55.199-07:00El juicioEra un día de expectación en la Corte de Espíritus: los más de quinientos espíritus allí reunidos murmuraban y comentaban en voz baja los últimos hechos; según parecía, uno de los consejeros del Rey había sido demostrado culpable: era un espía de los Demonios. Todos sabían que lo que ocurriera allí en las próximas horas decidiría el curso de la guerra, y por tanto, el destino del mundo.<br />
<br />
Los últimos en entrar fueron los jueces, el Consejo de los Seis, como algunos lo llamaban. Eran un grupo de espíritus, tres hombres, y tres mujeres.<br />
El Juez, como muchos llamaban al más grande de los Seis, era un espíritu alto, ancho de espaldas, y fuerte. Llevaba el pelo castaño largo hasta los hombros, y siempre llevaba una máscara de plata celeste pulida. Nadie sabía ni su nombre ni cómo era su cara, así que lo llamaban "el Juez" o "Su excelencia".<br />
El segundo de los jueces hombres era un espíritu anciano, de más de diez mil años estelares, llamado Ha, que andaba encorvado, y que llevaba una larga barba que solía pisarse cuando caminaba ayudado por su bastón.<br />
La primera de las mujeres era una espíritu "en la flor de la vida" como algunos decían. Se llamaba Sera. Era una mujer, atractiva, redondeada, que exhibía una melena rubia hasta la cintura, pero conocida por su excesiva timidez, que hacía que se pusiera roja como un tomate al recibir un simple cumplido.<br />
La segunda de las mujeres que componía a "las Jueces" era una mujer que solía andar envuelta en un hábito de la ocultaba casi completamente, y llevaba el pelo negro hasta los hombros, cortado de una manera muy estricta. Tenía fama de inflexible y imparcial, y de ser una gran juez, que no se dejaba llevar por sobornos o sentimientos. Se llamaba a si misma Hevra.<br />
La tercera y última de las mujeres que formaban el lado femenino del consejo era una mujer extraña, que solía hablar sola. A pesar de ser joven (solo tenía unos trescientos años estelares), llevaba una melena blanca hasta el suelo, y llevaba una gafas que, según algunos, le permitían ver lo que sucedía en muchos lugares al vez, aunque con algunos minutos de retraso. Según los registros, se llamaba Elaina.<br />
El último de los miembros del jurado, un espíritu de no más de cincuenta años estelares, llamado Hezan, era conocido por el pelo negro desgreñado que nunca se peinaba y su excentricidad. Solía comer dulces a toda hora, incluso cuando hablaba con alguien, pero aun así nunca engordaba. También solía andar informal en todas las ocasiones, con unos pantalones holgados y una camiseta blanca. Nunca llevaba zapatos.<br />
<br />
Ese día, los Seis estaban allí reunidos, en sus sillones de respaldo alto, y vestidos con la ropa formal que requería la situación, menos Hezan, claro.<br />
El Juez tocó la campanilla de plata para reclamar silencio. La multitud allí reunida se calló casi al instante, y el juez anunció, con voz potente:<br />
<br />
-¡Que pase el acusado!<br />
<br />
Ya entraba, por la puerta principal y flanqueado por dos guardias, un espíritu de aspecto cansado, que llevaba la cabeza gacha, de modo que no se le veía la cara.<br />
-¡Se da inicio al juzgado! El acusado, espíritu Nº694832, llamado Angvaroth, acusado, ya ha sido declarado culpable, y esta junta es sólo para dictar sentencia. ¿Tiene algo que decir en su defensa?<br />
Con la cabeza gacha, el acusado habló.<br />
-No tengo qué decir, y aunque lo tuviera, no me defendería. Sí, soy culpable, pero me alegro de serlo- Y levantó súbitamente la cabeza, esbozando una sonrisa terrible. Y muchos espíritus se quedaron mudos. Angvaroth tenía unos colmillos largos, como de serpiente, y la cara llena de escamas. Sus ojos ardían con una luz roja, que le iluminaba la cara- ¡Y nunca trataría de que no me llamaran espía de los Demonios! ¡Pues ya soy más demonio que espíritu, y me encanta!- Y se rió con una carcajada aguda y reverberante que causó escalofríos a la mayoría de los presentes.<br />
El Juez ni se inmutó.<br />
-Bien, entonces. Manténgase en silencio mientras declaramos nuestras opiniones. Empezaré yo.<br />
El Juez fue directo, y al grano. Creía que lo mejor era matarlo y acabar con el asunto.<br />
Ha lo fue menos. Habló por al menos diez minutos, desviándose y llendose por las ramas, hasta que le pidieron que fuera al grano, tras lo cuál declaró que se tenía que desterrarlo al Vacío y acabar con el asunto.<br />
A partir de allí las declaraciones fueron rápidas: Sera opinaba por el destierro, Hevra por la muerte, y Elaina por el encarcelamiento.<br />
Cuando llegó el turno de Hezan (el suyo era el voto decisivo), no dijo nada. Sólo se quedó mirando fijamente a Angvaroth, concentrándose mucho en su cara. Entrecerró un poco los ojos, y de pronto, el rostro de Angvaroth adquirió una expresión de paz. Sus ojos se cerraron, y soltando un largo suspiro, murió.<br />
<br />
La sala quedó en silencio, y todos los presentes se preguntaron qué había pasado.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-54067287069910631812014-08-24T09:31:00.003-07:002014-10-12T15:06:33.472-07:00El sonidoVolvía a ser de noche. Las estrellas brillaban con fuerza, reflejándose en lo ojos de quien las miraba.<br />
Los árboles susurraban extrañas y antiguas historias movidos por la ligera brisa que lo movía suavemente de un lado para otro. El pelo de una persona allí de pie también se movía junto con la brisa.<br />
<br />
Sus ojos eran de un vibrante azul oscuro. Su cara era redondeada, y a pesar de la juventud que delataba, marcada con marcas, marcas de furia, de amor, de traición, y de felicidad. Estas marcas no eran visibles. A primera vista, no se notaban. Si pasabas una hora mirando, quizá empezaras a notarlas en el matiz de lo ojos que miraban el cielo y el la curva de la nariz de esa persona.<br />
<br />
Según le habían dicho, se llamaba Kotori. Pero no se sentía así, sentía que su nombre era otro, pero estaba en un lugar demasiado profundo y oculto para encontrarlo. Era una persona sin nombre.<br />
<br />
Había muchos sonidos en el ambiente. Algunos eran perceptibles, como el susurro del viento, el crujido de los árboles cuando se balanceaban, o el suave cantar de un riachuelo que por allí pasaba.<br />
Pero había otros sonidos no tan claros. El susurro del frotar de la ropa de la persona que estaba de pie. El suave crujido de la tierra debajo de sus pies. El pequeño contrapunto que colocaba su respiración. El sonido que hacía la hierba cuando crecía. Pero había unos sonidos mucho más profundos. Si pasaras días escuchando, poniendo toda tu atención, quizá empezaras a notarlo en la vieja corteza de los árboles que crujían bajo la luz de la luna, o en las manos de aquella persona. Estaba también en la dolorida piedra que notaba el refrescante contacto del agua sobre ella. Estaba también en los tendones de esa persona, que se quejaban por estarla sosteniendo mucho rato. Quizá incluso pudieras notarlo en el suave latido de ese corazón.<br />
<br />
El sonido de la persona que espera algo, pero no sabe el qué, ni donde buscarlo.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-71768580015894826692014-08-20T15:27:00.001-07:002014-09-17T09:57:15.026-07:00La canciónEra de noche. Yo estaba solo, de acampada. Había decidido pasar unos días alejado de todo. Las estrellas brillaban, y yo me entretenía buscando las constelaciones; Tauro, la Osa Menor, Orión...<br />
<br />
Era el 15 de Noviembre de 2034. Veinte años atrás, más o menos, había decidido vivir en una pequeña ciudad del norte, llamada Valles del Atardecer. Un día desperté con unos deseos tremendos de alejarme, de estar unos días fuera de la gran ciudad, fuera de ese mundo que no me encajaba, así que preparé mi mochila y aceleré mis pies.<br />
<br />
Llevaba ya unos cuatro días de acampada, y ese día, por la mañana, decidí desvelarme. Recogí leña seca, un gran montón, y me preparé para pasar la noche despierto.<br />
<br />
Cuando ya la fogata eran solo unas brasas, y ya no me sentía con ánimos de alimentarla, empecé a escuchar...<br />
<br />
Y, muy poco a poco, lentamente, empecé a escuchar una canción, que según recuerdo, decía así:<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<i>El viento soplaba,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>lejos, cada vez más lejos,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>hacia el Oeste, hacia el hogar</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>En una cueva, </i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>solo y olvidado</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>estaba un hombre,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>quien veía el viento pasar,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>hacía el Oeste, hacia el hogar.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>Entonces decidió cambiar su suerte,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>empacó sus posesiones,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>se puso las botas,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>y partió,</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>siguiendo el viento.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>hacia el Oeste, hacia el hogar.</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: left;">
Yo escuchaba la canción, y poco a poco, noté que un deseo de volver, de volver a la ciudad en la que veinte años atrás había vivido, y las lagrimas empezaron a caer por mis mejillas. Sin que yo lo notara, la canción se interrumpió súbitamente.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
-¿Qué pasa? ¿Porqué lloras?- dijo una voz a mis espaldas.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Miré a mi alrededor, y la volví a ver.</div>
<div style="text-align: left;">
La diosa errante.</div>
<div style="text-align: left;">
Y entonces me dí cuenta que ya no quería estar solo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Una mujer, he de suponer de mi edad, pero no puedo decirlo, porque para ella el tiempo es diferente.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Tenía el pelo rubio. Y los ojos del color del cielo. Lo recuerdo porque en ellos vi reflejado el Universo.</div>
<div style="text-align: left;">
Llevaba puesta la misma extraña mezcla de traje de boda y armadura, de un azul intenso. No chillón, sino un azul agradable para la vista.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Se sentó a mi lado y me miró a los ojos.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
-No he venido hasta aquí sólo para hacerte llorar, ¿sabes?</div>
<div style="text-align: left;">
Supongo que, al ser la segunda vez que la veía, no sentía el cuerpo como recubierto de miel, así que superé mi sorpresa y le dije:</div>
<div style="text-align: left;">
-Así que aquí estás otra vez. Justo cuando menos lo espero, como hace veinte años.</div>
<div style="text-align: left;">
Puso cara de sorpresa.</div>
<div style="text-align: left;">
-¿Te acuerdas? No lo esperaba.</div>
<div style="text-align: left;">
-¿Como no me iba a acordar? Me cambiaste completamente.</div>
<div style="text-align: left;">
Poco a poco empecé a notar el hechizo de sus ojos azules, y mi mente se fue llenando de una emoción desconocida hasta ese momento...</div>
<div style="text-align: left;">
-Al final nunca supe si mi flor de tiempo te gustó.</div>
<div style="text-align: left;">
-Me encantó. Hasta hoy la siento aquí, por alguna parte- dije señalándome el pecho.</div>
<div style="text-align: left;">
Ella se rió, con una risa suave que me llenó de alegría, y que me hizo reír a mí también.</div>
<div style="text-align: left;">
De pronto se puso seria y miró hacia las brasas de la fogata.</div>
<div style="text-align: left;">
-Es curioso, ¿sabes? Los que son como yo pronto olvidan a las personas, porque conocen a muchas otras y no pueden recordar a nadie en particular, pero yo siempre te recordé como a una brillante luz en mi memoria.</div>
<div style="text-align: left;">
Noté que temblaba de frío, y casi sin pensar, avivé un poco la hoguera, y la abracé para darle calor. Noté que se tensaba como un resorte, pero rápidamente se relajó y se dejó abrazar.</div>
<div style="text-align: left;">
-Esta vez no tienes por qué irte, ¿sabes?- le dije.</div>
<div style="text-align: left;">
No pude verlo bien, pero me pareció que me sonreía.</div>
<div style="text-align: left;">
Noté que se quedaba dormida, y yo me quedé allí, muy quieto para no despertarla, hasta que yo caí dormido también.</div>
<div style="text-align: left;">
Cuando desperté, bien entrada la mañana, estaba solo.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7319857735814211238.post-32820325631573338972014-08-19T16:29:00.000-07:002014-10-12T15:09:37.551-07:00El sujeto<div class="MsoNormal">
Sólo unas horas antes, estaba sentado tranquilamente en un
sillón, escuchando música. Sólo unas horas antes, me había tomado un café con
mis amigos. Sólo unas horas antes, mi vida seguía su curso normal.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Era el 7 de Septiembre del 2012. Yo estaba teniendo un día
totalmente normal, en la universidad, en mi casa, y en el café en el que me
juntaba con mis amigos. Conversábamos de cosas sin importancia, tranquilos, sin
pensar en que nuestra vida podía cambiar para siempre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sentados allí, ocurrió algo increíble. Mientras me tomaba el
último poquito de café que me quedaba, un tipo extraño, que andaba inclinado y
con ojeras, se nos acercó. Se subió a la barra y puso su cara a centímetros de
la mía, mientras murmuraba extrañas palabras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
-Mmm… si, podría ser pero, ¿es seguro? Si no lo
encontramos, el viejo se enfadará, y ya
sabes cómo se pone…- siguió hablando, al parecer consigo mismo. Yo no entendía
nada. Traté de sacármelo de encima, pero era mucho más fuerte que yo. Fue
entonces cuando me pregunté qué estaban haciendo mis amigos. Los miré por
encima de su hombro, y casi vomité.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estaban tirados en el suelo del bar, muertos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe77qids_fmQxXiYs9ptwCWfu8Kafk_jWO5yKoiEzG4HAI18-UnvytglyVMRqyzpZF8S08NB1IwBaHrnOdvZ0K61zbIVkOXjF2xrSk69YxqjgkOtfZa3XlQhIxNZOJXZbnrhdWiMCWEx0/s1600/Screenshot_2014-08-18-18-42-00%5B1%5D.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe77qids_fmQxXiYs9ptwCWfu8Kafk_jWO5yKoiEzG4HAI18-UnvytglyVMRqyzpZF8S08NB1IwBaHrnOdvZ0K61zbIVkOXjF2xrSk69YxqjgkOtfZa3XlQhIxNZOJXZbnrhdWiMCWEx0/s1600/Screenshot_2014-08-18-18-42-00%5B1%5D.png" height="240" width="320" /></a>La idea me llenó de adrenalina. Mis manos se cerraron
violentamente, y los músculos de mis brazos se desgarraron al empujar a aquel
tipo y lanzarlo al otro lado del bar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El tipo se rió.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
-¡Sí! ¡Sí! ¡Lo encontramos, ¿verdad que sí?, lo encontramos!
¡Y el viejo no se enfadará!- gritó entre carcajadas. Su voz denotaba una
intensa alegría, que al parecer no se veía afectada por el hilillo de sangre que empezaba a correr por su mejilla. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mi miedo se vio combinado combinado con una ira ancestral como la mismísima tierra. Me levanté de un salto y cogí lo primero que encontré, una silla. Se la lancé, y el la atrapó, con una sola mano. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El tipo se rió, con más fuerza que antes. Unos jirones de un extraño material blanco y rojo se fueron concentrando delante de su cara, hasta formar una máscara, que se quedó a medias, tapándole sólo la mitad de la cara.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Mi miedo se fue acrecentando. Presentía que si no salía de allí, y rápido, algo muy malo iba a pasar.</div>
<div class="MsoNormal">
Le tiré el vaso de café, y salí corriendo. Y noté que "algo" me agarraba del brazo.</div>
<div class="MsoNormal">
Era una mano.</div>
<div class="MsoNormal">
Una mano negra como el carbón que despedía maldad.</div>
<div class="MsoNormal">
Y entonces caí hacia la oscuridad, y no recordé nada más.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/15724312271159853342noreply@blogger.com0